Sofía Vergara, debido a su pecho, tiene grandes problemas para elegir vestido. Necesita que sean muy estructurados y, según ha confesado recientemente, «hay tantas cosas debajo del vestido que termino sangrando al final de la ceremonia».
Por GRAZIA
Ciudad de México, 28 de febrero (SinEmbargo/The Huffington Post).– «Puedes conseguir cualquier cosa si te vistes para ello», decía Edith Head, la diseñadora de vestuario más famosa de la historia, reconocida con ocho premios de la Academia. Y no se equivocaba: en nuestro mundo, el de los mortales de a pie, un look determinado puede decir mucho de nosotros; en el de los actores y las actrices de Hollywood, en un momento en el que la imagen está tan sobrevalorada, un estilismo puede elevar hasta las estrellas su carrera o, paradójicamente, estrellarla contra el suelo.
«¿De quién vas vestida esta noche?» es, desde hace ya dos décadas, la pregunta del millón sobre la alfombra roja, algo que enfada sobremanera a actrices como Cate Blanchett o Emma Watson, hartas de no recibir comentarios sobre temas más profundos. Pero lo cierto es que, guste o no, de su éxito estilístico en la temporada de premios dependerán importantes campañas publicitarias o portadas de revistas. En definitiva: hay mucho en juego para dejar ningún detalle al azar.
Los preparativos suelen empezar, como pronto, un mes antes, siendo el resultado final producto del esfuerzo del personaje y de un equipo —Julia Roberts confesó que el suyo solía ser de entre 15 y 17 personas— que trabaja 24/7 para que la celebrity luzca perfecta. Estos son (sólo) algunos de los pasos a los que se someten:
Aunque las actrices de Hollywood se cuiden a diario, multiplican la intensidad de sus entrenamientos en el sprint final hacia la alfombra roja. Entre otras cosas, hacen piloxing (pilates + boxing), running, yoga y meditación.
Procuran dormir bien. Descansar las suficientes horas es esencial para regular las hormonas y mantener el estrés a raya (y las consecuencias que éste puede tener en la piel, el cuerpo…)
Beben al menos dos litros de agua sin gas al día.
Eliminan alimentos como la cafeína, los azúcares refinados, harinas blancas, procesados… En el mismo día de la gala, desayunan fuerte (con huevos y fruta), entrenan a media mañana para poner el cuerpo a tono y realizan un almuerzo ligero que no hinche ni cause flatulencias.
Se someten a diversos cuidados faciales: limpiezas a fondo, sesiones con oxígeno para conseguir un brillo especial, tratamientos de microdermoabrasión… algunas recurren incluso a inyecciones de bótox en la axila para no sudar.
El cabello tienen que cortarlo, al menos, una semana antes. Lo mismo si hacen coloración. En la noche previa al evento, se recomienda una buena mascarilla nutritiva para que la melena luzca sana y brillante.
Para Elsa Pataky «lo más importante es tener un buen maquillador en el que confíes plenamente. ¡Ellos son los que hacen milagros!». El maquillaje suele tardar dos horas y a veces —cuando sus profesionales tienen cita con otras celebrities— tienen que maquillarse por la mañana y rezar para que aguante hasta media tarde, cuando empieza la alfombra roja; otras, directamente, son maquilladas en el coche de camino al teatro.
El papel de la estilista es indispensable para que nada quede al azar: bolso, zapatos, color de la manicura… y, por supuesto, la elección del vestido perfecto.
La búsqueda del diseño puede comenzar hasta seis meses antes: a veces, desde el momento en que los estilistas lo ven en pasarela. En otras ocasiones la marca se pone en contacto con ellas o puede que existan contratos multimillonarios entre la actriz y una marca y que ésta tenga que lucirla sí o sí.
La cinta de doble cara es el truco principal (y preferido) por los estilistas para que nada se mueva en su recorrido por la alfombra roja. Pero, ojo, que despegarla cuando atraviesa el pecho en vertical no es nada agradable.
Sofía Vergara, debido a su pecho, tiene grandes problemas para elegir vestido. Necesita que sean muy estructurados y, según ha confesado recientemente, «hay tantas cosas debajo del vestido que termino sangrando al final de la ceremonia». ¡Ouch!
Siempre tiene que haber un plan B de vestido, por cualquier imprevisto que pueda surgir (como que otra actriz vaya con uno muy similar al tuyo, cosa que vivió en su piel Anne Hathaway en 2013).
Para que no se les arrugue el vestido mientras van en el coche, muchas deciden ir tumbadas en la parte trasera.
La elección de los zapatos también es importante. Una mala decisión puede hacerlas sufrir innecesariamente, como le pasó a Julianne Moore (y su meñique solitario) en Cannes.